De seguro has visto sus frases motivacionales circulando por las redes. O, has visto sus videos de boxeo en los que evadía a sus oponentes con un giro único de torso hacia atrás. Pero, ¿sabías que Muhammad Alí fue una de las principales voces en contra de la segregación y quien dijo “No entiendo por qué tengo que ir a miles de millas fuera de casa y matar a gente que no me ha hecho nada, mientras son los míos los que me llaman negro”. Aquí te contamos su historia.

Todo empezó…

En 1942, en Louisville, Kentucky, EEUU, en una región segregada del Sur, nacería Cassius Marcellus Clay.

Procedente de una familia negra de clase media, el pequeño Cassius experimentó todo tipo de prejuicios y discriminación racial. Sin embargo, este tipo de experiencias solo afianzaron el fuerte deseo que tenía de luchar por sus derechos.

A sus 12 años, enfurecido y con lágrimas en sus ojos, emprendería una intrépida carrera en busca del ladrón que había tomado su bicicleta roja, que con tanto esfuerzo su padre le había regalado.

En su camino lo interceptó el policía Joe Martin, quién al detenerlo, le preguntó que le ocurría. Clay le explicó que corría tras el malhechor que había tomado lo que no era suyo, y que, al encontrarlo haría justicia dándole la paliza que se merecía. Sorprendido por lo que escuchó, Martin le aconsejó que lo primero que debía hacer antes de enfrentársele, era ejercitarse un poco y aprender a pelear. Para coincidencia suya, Martín resultó ser un aficionado del boxeo que entrenaba a varios muchachos como Cassius en su gimnasio local.  Fue así, como a través de aquel extraño giro del destino, Joe E. Martin pasó a ser el mentor de Cassius introduciéndolo en el mundo del boxeo.

Un Campeón Imparable

En 1954, con tan solo 12 años, ya había ganado su primera pelea y dos años más tarde consiguió ganar el torneo de Guantes de Oro para novatos de Kentucky en la categoría de peso semipesado. En 1959 participó en el campeonato Inter-city de Chicago y Nueva York y para el mes de abril de ese mismo año, se consagró como campeón nacional de la Unión Atlética Amateur (AAU) ostentando con 36 victorias consecutivas. Esta hazaña le permitió ganar un lugar en el equipo de boxeo olímpico de los EEUU y poder representar a su país en los Juegos Olímpicos de Roma de 1960, donde se coronó campeón.

Con 18 años y con Chuck Bodak como entrenador, Clay llegó a los Juegos como candidato para alzarse con una medalla de oro - Sports Illustrated. Clic para tuitear

A pesar de ser anunciado como héroe estadounidense por su victoria olímpica, Clay siguió siendo el negro del pueblo para la mayoría de blancos de su tierra natal.

Sin embargo, con el respaldo de un Grupo de Patrocinio de Louisville, Cassius continuó su carrera como boxeador profesional y en 1964, contra todo pronóstico, se convirtió en Campeón del Mundo al vencer al prestigioso Sonny Liston.

Una voz que jamás calló

Cassius, con sus recientes éxitos de campeón olímpico y del mundo, comenzó a ganar carisma y popularidad en la nación. Esto alarmó a las autoridades, quienes por aquel entonces seguían defendiendo la segregación racial.

Resultó que, al mismo tiempo, EEUU se veía involucrado en conflictos bélicos y las autoridades responsables se valieron de ello para convocar al “Invencible Cassius Clay” a prestar servicio militar durante la Guerra de Vietnam.

Clay, que para ese entonces se había convertido al Islam, se negó a ser parte de dicha masacre y consecuencia de ello, fue condenado a la cárcel, despojado de su título de campeón mundial y de su licencia de boxeo profesional.

“No entiendo por qué tengo que ir a miles de millas fuera de casa y matar a gente que no me ha hecho nada, mientras son los míos los que me llaman negro”- dijo el campeón de boxeo Muhammad Ali.

“No entiendo por qué tengo que ir a miles de millas fuera de casa y matar a gente que no me ha hecho nada, mientras son los míos los que me llaman negro”- dijo el campeón de boxeo Muhammad Ali. Clic para tuitear

A pesar de que Ali presentó un caso de reclamo legal, El Departamento de Justicia de los EEUU lo declaró culpable de violar las leyes del Servicio Selectivo y lo condenó a cinco años de prisión en 1967.

Cuando Muhammad Ali fue reclutado por el Ejército de EEUU, para combatir en la guerra de Vietnam, manifestó su objeción de conciencia, exponiendo su famosa frase: “No tengo nada en contra de los Vietcong” Clic para tuitear

Durante ese tiempo Mohammad se dio a conocer en las calles, universidades y colegios como objetor de conciencia; luchando por los derechos de las personas afroamericanas y en oposición a la guerra de Vietnam.

Debido a su condena, su carrera en el boxeo tuvo que detenerse; haciendo que Ali se perdiera más de tres años de importantes competencias. Pero esto no lograría detener al imponente campeón del mundo. Fue así como en su regreso al ring en 1970, y tras haber estado ausente por mucho tiempo, demostraría una vez más al mundo entero cuán grande era.

Dicho suceso haría que la Corte Suprema de los Estados Unidos anulara su condena, dejando finalmente en libertad a Muhammad Ali

“He luchado contra cocodrilos. He peleado con una ballena. He esposado a los relámpagos y puesto al trueno en la cárcel. Sabes, soy malo. La semana pasada asesiné una roca, herí a una piedra y hospitalicé a un ladrillo. Soy tan malo que hago enfermar a la medicina. Yo te mostraré cuán grande soy”- Muhammad Ali.

Un legado

Muhammad Ali fue catalogado como uno de los mejores atletas del siglo XX. Batalló contra el Parkinson durante la mitad su vida, levantó su voz en contra de los prejuicios raciales y la discriminación, luchó por la justicia social, por sus derechos y creencias.

Jamás permitió que callaran su voz interior y evidenció el poder de la voluntad humana con cada uno de sus actos.

Ali, una gran leyenda para las generaciones del siglo, nos ha demostrado que el valor de un verdadero luchador no se encuentra únicamente dentro del ring sino también fuera de él.

Antes de fallecer en el 2016, se el patrimonio de Muhammad se estimó por sobre los $80 millones. Un empresario de medios de comunicación muy conocido, Robert Sillerman, creó una empresa llamada GOAT en honor al apodo de Ali (The Greatest of All Times). 11 años antes de morir, Ali le vendió el 80% de los derechos de su nombre e imagen por $ 50 millones (el otro 20% se lo quedó el).

He luchado contra cocodrilos. He peleado con una ballena. He esposado a los relámpagos y puesto al trueno en la cárcel. Sabes, soy malo. La semana pasada asesiné una roca, herí a una piedra y hospitalicé a un ladrillo. - Muhammad Ali. Clic para tuitear