¿De dónde obtendría energía tu cuerpo, y especialmente tu cerebro, si no le dieras carbohidratos? En la década de 1920’s, el Dr. Russel Morse se planteó esta pregunta. Su idea era ayudar a niños con ataques epilépticos. 

Normalmente, los carbohidratos que comemos se convierten en glucosa. Esta glucosa se transporta por el cuerpo brindando energía para todas nuestras funciones, en especial para el cerebro. Dr. Morse creía que la glucosa estaba altamente relacionada con la epilepsia infantil.

Cuando los niños epilépticos comían pocos carbohidratos (poca azúcar), tenían menos episodios epilépticos. Los doctores habían probado, de manera exitosa, reducir estos ataques con ayunos intermitentes. Pero esto era un martirio para niños en desarrollo.

Mientras estudiaban los resultados de sus investigaciones, los doctores notaron que al eliminar los carbohidratos de la dieta, el hígado convertía la grasa del cuerpo en cetógenos que eran usados como energía. Cuando el cuerpo no tiene glucosa entra en un estado de cetosis (ketosis en inglés) y usa la grasa como energía.

Con este descubrimiento, los niños podían comer las calorías que necesitaban para crecer, estar felices y reducir la glucosa en el cerebro. La medicina moderna había abandonado este tipo de tratamientos, promoviendo medicamentos pagados. De todas formas, en los años 90’s esta dieta baja en carbohidratos se volvió a popularizar por su efectividad combatiendo los ataques epilépticos.   

Gradualmente, grupos de estudiosos y entusiastas han ido probando los efectos de dietas bajas en carbohidratos, como Atkins o Whole 30, con varios beneficios para la salud, en especial para personas con diabetes tipo 2.

A pesar de que aún existe mucho debate en la comunidad académica, la dieta ketogénica se ha hecho muy popular en los últimos años. Su formato original consiste de comer una proporción de 4 a 1 entre grasa y proteína vs carbohidratos.  Si te interesaría saber más, te dejamos 4 consideraciones que deberías saber antes de considerarla:

Bajo en carbohidratos es bajo en carbohidratos

Muchas personas piensan que solo las harinas, el arroz y las papas son carbohidratos. Pero, la verdad es que la mayoría de alimentos (incluido frutas y verduras) son carbohidratos. Si tomamos la proporción necesaria para la ketosis, el consumo de calorías de carbohidratos debe ser del 5% a máximo el 10% de tu dieta. Esto se traduce a un promedio de 100 a 200 calorías de carbohidratos en el día, que es igual a un plátano y una ensalada.

Necesitas muchas grasas

Si el 10% de tu dieta es carbohidratos, debes dividir el 90% restante entre proteínas y grasas. Para obtener ketosis, la mayor cantidad de calorías deben venir de la grasa. Esto quiere decir que si hacemos una división del 60-40, aproximadamente 30% de tu dieta será proteína y 60% será grasa. Una vez más, esto equivale a 1200 calorías de grasa que sería similar a 1 aguacate (350 cal), 100gr de almendras (575 cal), 1 cuchara de aceite de coco o de oliva (120 cal) y la grasa natural de tus carnes.

Para quién es esta dieta Keto

A pesar de que los proponentes de la dieta Leto sugieren que este tipo de dieta puede ser ideal para todo el mundo, varios estudios han demostrado lo contrario. Por ejemplo, los atletas, madres embarazadas, jóvenes en desarrollo, no se benefician de esta dieta. Adicionalmente, debido a la restricción de frutas, generalmente se necesita suplementación de vitaminas y minerales para poder mantener esta dieta. En este sentido, la dieta keto podría ser ideal para los grupos de personas mencionadas anteriormente, personas con diabetes tipo 2, niños con epilepsia, o personas hipersensibles a la glucosa.

Un Principio Interesante

El principio de reducir los carbohidratos y aumentar grasas saludables puede tener muchas ventajas. Sin embargo la clave para un estilo de alimentación saludable no está en la eliminación completa de carbohidratos para promover el estado ketogénico, sino en la reducción de azúcares y carbohidratos simples, la ingesta de muchas verduras, con cantidades promocionales de frutas y grasas.

Una dieta en la que el 30% de tu alimentación sea de proteína, 30% de grasa, y 40% de carbohidratos (de verduras y frutas) ha probado ser una excelente opción para la gran mayoría de la población.